Cada mañana en África, un león se despierta; sabe que deberá correr más rápido que la gacela, o morirá de hambre.
Cada mañana, cuando sale el sol, y no importa si eres un león o una gacela, mejor será que te pongas a correr.
Sí, lo mejor que puedes hacer es ponerte en camino con una firme confianza y un renovado entusiasmo.
Correr con la fuerza de la esperanza y con esa energía interior que permite superar obstáculos y avanzar sin decaer.
Seas león o gacela tienes que sentir el milagro de estar vivo, derrotar el desaliento y correr con ganas.
Si haces una lista de tus dones y te olvidas del ayer, podrás vivir el HOY contigo mismo y serás capaz de insistir con tenacidad.
¡Ánimo! ¡No te rindas! ¡Corre con ilusión y cambia el pesimismo por actitud mental y emocional positiva.
¡Recuerda que estar vivo es un milagro!
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